A veces me pregunto como un simple nombre puede transmitir tantas cosas, por lo menos a mí. No se a vosotros, pero a mí lo primero que se me viene a la cabeza cuando escucho
Cristiano Ronaldo es la palabra admiración. Principalmente lo admiro como futbolista, pero también como persona.
Como dice el dicho, "muchos conocen mi nombre, pero no mi historia". Esto es precisamente lo que le ocurre a Cristiano. Muchos son los que le ven como un chulo y prepotente. Pero, ¿cuántos de los que dicen esto saben cómo ha sido su vida? Pocos, muy pocos.
Cristiano salió de su casa cuando era muy pequeño para luchar por su sueño. No es fácil para un niño de 16 años irse a vivir solo a Lisboa y jugar en el
Sporting. Además, y como él mismo ha contado, todos los niños se reían de su fuerte acento. Probablemente esta fue la decisión más importante de su vida.
El 30 de septiembre de 2002 Cristiano debuta en el primer equipo frente al Sporting Clube de Braga, pero sin duda, el partido que marcó su vida fue el que jugó frente al
Manchester United en el verano de 2003. Aquel día CR7 brilló con luz propia y dejó a todos boquiabiertos. El equipo inglés, y su entrenador Sir Alex Ferguson, lo tuvieron claro desde el primer momento, querían a ese chico en sus filas y se pusieron a ello. Ferguson confiaba en que Cristiano fuera el sucesor de David Beckahm, por lo que le "obliga" a llevar el
número 7, el que llevan todas
las estrellas en el equipo inglés.
Con 18 años se va sólo a Manchester, dónde se habla un idioma que no conoce. Además, el 7 de septiembre de 2005, mientras que Cristiano está concentrado con la Selección Portuguesa, su padre,
Dennis Aveiro, muere por un fallo renal y a pesar de ello decide jugar el partido en honor a este.
Cristiano triunfó y rápidamente los grandes equipos de Europa se pelearon por su fichaje. Tras varios años en el equipo inglés cumplió el sueño de su vida, vestir de blanco.
El verano de 2009 el
Real Madrid C.F. realiza el fichaje más caro de la historia del fútbol,pagando
94 millones de euros por el jugador portugués. Cuando Ronaldo llega a Madrid ya había ganado el Balón y la
Bota de Oro.
En las filas del equipo merengue ha terminado de convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo, de no ser el mejor. Dos botas y un
Balón de Oro le respaldan. Cristiano ha marcado goles de todos los colores, y los que quedan. El Bernabéu y el Madridismo está a sus pies.
Y sí, probablemente ha cometido muchos errores, como aquella famosa frase de "
soy guapo, rico y buen jugador", pero también debemos entender que es una persona, no un robot, y que todos nos equivocamos. Cuando con 24 años eres el
mejor jugador del mundo y cobras millones, es normal que se te suba a la cabeza. Pero aún así, a pesar de todo lo que tiene, nunca se le ha olvidado de donde viene, nunca ha dejado a un lado su
humildad. Es el motor de su familia, y ayuda a la gente siempre que puede. Además nunca le pone mala cara a nadie, y siempre se para con sus fans.
Probablemente Cristiano no es perfecto, y obviamente no puede gustar a todo el mundo, pero su historia no ha sido fácil y día a día lucha por superarse, por ser mejor. Para mí es un
ejemplo a seguir.
"Todo lo bueno en la vida comienza con un salto al vacío"
@itziiiarcr